martes, 12 de marzo de 2013

EL TINTERO DE LA SESIÓN DEL 7 DE MARZO


Algunos materiales sobre OPARIN  Y  MILLER


Entre ambos iniciaron el traslado del debate sobre el origen de la vida de los despachos a los laboratorios. Es en éstos donde debe dirimirse ese hecho. Estos son A. Oparin y S. Miller.







El libro de OPARIN “El origen de la vida”, no es fácil de encontrar. En este enlace se puede leer (y descargar) una versión en pdf : http://www.cseiio.oaxaca.gob.mx/pag/biblioteca/libros/cnaturales/el_origen_de_la_vida.pdf

El siguiente enlace lleva al artículo original de Stanley Miller, publicado en la revista Science: http://www.abenteuer-universum.de/pdf/miller_1953.pdf

 Un par de páginas (como en otros casos geniales) le bastaron para revolucionar la investigación sobre el origen de la vida en la tierra, en principio, pero dada la aceptación de la universalidad de las leyes de la física y la química, también en el Universo, lo que ha originado una de las ramas de la ciencia más activa e interdisciplinar de la actualidad, la Astrobiología. Un más que suficiente planteamiento de esta nueva ciencia se puede encontrar en la página del Instituto de Astrofísica de Canarias_ IAC: http://www.iac.es/gabinete/difus/ciencia/annia/astrobio.htm . También se puede leer este extraordinario artículo sobre la química del Universo: http://casanchi.com/ast/quimicauniverso01.pdf

Los dos siguientes videos son muy buenas explicaciones ilustradas del experimento de Miller y lo que significó. El segundo de ellos es parte de la serie COSMOS de Carl SAGAN:

El día 2 de marzo de 1972 fue lanzado al espacio el Pioneer X, la primera sonda que ha salido de nuestro sistema solar y que lleva un mensaje codificado (por Carl Sagan y F. Drake) destinado a hipotéticos seres inteligentes que pudieran detectarlo en alguna parte del Universo.
Todo derivado en el fondo de la puerta que abrieron Oparín y Miller. 


BIKINI Y BOMBAS 

Castel Bravo fue el nombre en clave que se le dio  a la primera prueba que hizo EE.UU de una “bomba H” (de hidrógeno, o termonuclear o de fusión). Fue  el 1 de marzo de 1954 y se llevó a cabo en el Atolón BIKINI, en las Islas Marshall, al noreste de Australia.

La siguiente filmación es un documento impresionante de la brutal explosión (1000 veces más potente que la que solo 9 años antes se había llevado por delante Hiroshima) que levantó un “hongo” de 150 Km de diámetro y produjo un cráter de casi dos, además de dejar, claro, contaminada la zona para decenios:  http://www.youtube.com/watch?v=fd1IFjBNNVo

Hay, sin embargo, que creer que la brutalidad de Castel Bravo influyó en la toma de conciencia de científicos y ciudadanos ante la progresión hacia armas que pudrían destruir el mundo. Científicos como Oppenheimer ya se habían opuesto a la fabricación de la bomba H y Han BETHE, fallecido el 6 de marzo de 2005, tras abandonar la división teórica de los Alamos, se convirtió en un líder de la reclamación de una “responsabilidad social de la ciencia”. 
Finalmente, en 1963, se firmó el “Tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares en la atmósfera, en el espacio exterior y bajo el agua” (literal). Era parcial porque no se prohibían si se llevaban a cabo “bajo tierra”. Aunque algo es algo.
Algo después, el 1 de julio de 1968 se firmó el TNP, “Tratado de no Proliferación Nuclear” (http://www.un.org/disarmament/WMD/Nuclear/pdf/NPTSpanish_Text.pdf ) que prohibía la posesión de armas nucleares a todos los países salvo a aquellos que ya habían hecho algún ensayo de las mismas hasta el momento: los “cinco países nuclearizados”: EE.UU., Francia, Inglaterra, Rusia y China. Y esto sí que tiene gracia porque hay países que no lo firmaron y otros que, con la anuencia de unos y otros se han hecho con la bomba. Y qué países: Israel, Paquistán, India,… En fin, hipocresía pura. Pero de nuevo, algo es algo.


Qué sería de esta sociedad actual sin este invento…

Dos acontecimiento en este mes de marzo ligados causalmente: el día 3 de marzo de 1847 nació Alexander Graham Bell y el día 10 de marzo pero 29 años después pasará a la historia porque Bell, al que se le había derramado un poco de ácido en la pierna, le dijo a su colaborador (que se encontraba en la habitación de al lado) “Watson, ven aquí, te necesito”. El asunto es que se lo dijo sin dar voces, gracias a un artilugio que acababa de patentar y al que denominó … ¡teléfono!
Tres años después la conexión sería ya entre ciudades (Boston y Lowell) y a partir de ahí… el desmadre actual. 


Las Academias Nacionales de Ciencias

La revolución científica que se inició en el renacimiento con el tiempo puso de manifiesto que la empresa superaba los límites y capacidades del trabajo individual y acabaría dando origen a instituciones dedicadas a la ciencia en las que se reunieron los científicos más prominentes.
Se inician en el siglo XVII en Italia con la Accademia dei Lincei (1603), la Royal Rociety de Londres (1660),  l’Académie des Sciencies de Paris (1666), la Academia Prusiana de Ciencias, de Berlín (1700), Academia de Ciencias de San Petersburgo (1724),  y así poco a poco Europa se llenó de lugares en los que se hacía ciencia cada vez más colaborativamente y se comunicaban sus resultados. Nuestra Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales hubo de esperar, tras varios intentos fallidos, hasta 1847 (siempre hemos ido un poco atrasado en esto de la ciencia). Pero, a pesar de todo, ganamos por la mano a los mismísimos EE.UU. cuya National Academy of Science se fundó el 3 de marzo de 1863: ¡ acaba de cumplir 150 años ¡ Y bien que lo están celebrando.

Inglaterra y Estados Unidos tienen a gala haber reunido y exhibir a quienes consideran pilares del desarrollo cultural de sus naciones en sus respectivas National Portrait’s Gallery y en ellas no falta ninguno de los retratos de sus científicos. En la Galería americana se puede admirar este retrato colectivo de científicos e ingenieros, titulado y significativamente “Men in Progress”, hombres de progreso. Nuestro humilde homenaje a la Academia de ciencias americana en su 150 aniversario.


Por otro lado, decir que merece la pena visitar las páginas web de todas estas instituciones entre cuyos muros han estado, hablado o trabajado casi todos los más grandes de la historia científica de la humanidad.

Zeppelin (no el fantástico grupo musical, sino el noble ingeniero e inventor)

El inventor del primer dirigible rígido, culminación de la evolución tecnológica de los globos aerostáticos, Ferdinand von ZEPPELIN, falleció el 8 de marzo de 1817.
Los “zeppelines” que parsimoniosos surcaron los cielos aplicados primero para el bombardeo de Inglaterra en la primera guerra mundial, acabaron constituyendo una flota para el transporte con fines comerciales que trascendieron a su creador.
Pero acabaron mal: el más grande y majestuoso de todos ellos, el HINDENBURG, llegaba a Nueva Jersey, tras atravesar el Atlántico, el 6 de mayo de 1937, cuando una chispa inflamó el hidrógeno que lo hacía levitar (¿por qué no utilizaron Helio que es inerrte?) y sucedió la catástrofe que acabó con ese medio de transporte.

Las imágenes (reales) son impactantes y el relato del locutor, llorando al final, sobrecogedor:


La Armonía del Mundo

El 8 de marzo de 1618 (y lo sabemos porque lo relató él mismo) Johannes KEPLER  resolvió el problema al que llevaba dedicado desde hacía casi 25 años, cuando al llegar como joven profesor al Seminario de Graz, comenzó a preguntarse por qué el mundo era como era: los planetas orbitaban alrededor del Sol unidos por una relación que les hacía describir no un movimiento controlado pero no independiente, sino más bien  una danza celestial al compás de una música “no audible por los oídos sino por el intelecto”.

La Tercera Ley de Kepler del movimiento planetario expresa esta situación y constituye uno de los logros más altos del pensamiento humano. Tanto que a él mismo, humilde, discreto, lo más alejado de la soberbia que se pueda pensar, le impresionó tanto que escribió en el proemio al libro V de “Harmonice Mundi”: “El libro está escrito y la suerte echada; que sea leído por mis contemporáneos o por la posteridad, es algo que no me importa: puede esperar por sus lectores un siglo como Dios ha estado esperando 6000 años por un espectador”.
¡ Qué grande Kepler !

Por qué la sonda espacial “Giotto” se llamó así?

El 14 de marzo de 1986, la sonda Giotto, lanzada por la Agencia Espacial Europea para estudiar el Cometa Halley, en lo que constituye un logro impresionante se aproximó hasta solo 600 Km del cometa, obteniendo datos fundamentales para comprender el origen de estos cuerpos estelares que se cree muy ligados a la comprensión del origen del sistema solar.

Por qué se le puso ese nombre? Pues porque el pintor italiano Giotto (1267-1337), pintó un fresco representando la adoración de los Reyes Magos en el portal de Belén, en el que la estrella que míticamente los dirigió desde el lejano oriente (bueno Benedicto XVI parece que opina que eran andaluces…) es representada claramente como un cometa. 

Estudiando “hacia atrás” la evolución de la órbita del Halley se puede saber que fue visto en Italia en 1301, justo cuando Giotto se encontraba pintando en la Capella degli Scrovegni, enPadua, donde se encuentra el fresco citado.
Así que se concluyó que Giotto, viendo el espectáculo nocturno del Halley en los cielos italianos, decidió convertirlo en la estrella y como homenaje se puso su nombre a la sonda espacial.

Estas son unas imágenes de la maravillosa Capilla y del fresco correspondiente a la Adoración de los Magos













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